Sus orígenes se remontan a la cultura íbera, como atestiguan los restos hallados en su territorio. A lo largo de su historia, Polop de la Marina ha destacado por la posición estratégica como enclave militar de la Marina Baixa gracias al castillo que coronaba el cerro. Este castillo fue plaza fuerte del caudillo musulmán Al-Azraq que se levantó contra Jaime I, quien lo reconquistó tras duros esfuerzos para su causa. Más tarde, en 1.520 con la revuelta agermanada contra el Emperador Carlos I, fue plaza fuerte donde se acogieron los moriscos fieles al Emperador. El castillo fue, por último, escenario de otro hito histórico cuando Felipe II decretó la expulsión de los moriscos en 1.609 y los cristianos se refugiaron en la fortaleza, ante el temor de un asalto de los expulsados moriscos. Todos estos hechos, reflejan la importancia que para la zona tenían la fortaleza y la villa de Polop, que como Baronía, agrupaba a pueblos como Benidorm, Alfaz del Pi y La Nucia.

La Baronía de Polop tiene un pasado lleno de historia y leyenda, donde se funden las culturas árabe y cristiana. La caricia del agua y un microclima especial han permitido el milagro de este pueblo blanco que se alza, oloroso de azahares, en el centro de un oasis de verdes infinitos al pie del monte Ponoch. Su bellísimo paisaje y la amabilidad de su clima, unidos a la singular característica de ofrecer un remanso de tranquilidad a muy pocos kilómetros del bullicio del litoral, convierten a Polop de la Marina en un lugar excepcional dentro de la oferta turística de la Marina Baixa.
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